Unos cuantos consejos de redacción para escribir y contar ciclismo

Unos cuantos consejos de redacción para escribir y contar ciclismo

Una frase de Salvador Dalí: “Cuando las bicicletas llegan a París, se termina el verano”. Eso ocurrirá este año el domingo 27 de julio, día en que el Tour de Francia culminará en los Campos Elíseos tras una novedosa travesía por el icónico barrio de Montmartre en el cual se decidieron las pruebas de ciclismo en ruta de los Juegos Olímpicos de 2024.

Para nosotros los periodistas granadinos, el verano ciclista comienza prácticamente con San Juan, toda vez que entre el viernes 27 y el domingo 29 de junio se disputan en nuestra provincia los Campeonatos de España de carretera para ciclistas profesionales, sub23 y juveniles. Estos últimos son la gran novedad del programa: hasta este año, se disputaban en el marco de los Campeonatos de Ciclismo Escolar, que abarcaban todas las categorías competitivas para menores de edad y se solían disputar bien al inicio o bien al final del verano.

El viernes 27 se disputarán, entre el Dornajo y la Hoya de la Mora, las pruebas ‘contrarreloj’. Son pruebas donde los ciclistas no se enfrentan mano a mano, tomando la salida a la vez como ocurre en las ‘carreras en línea‘, sino a través de las manecillas del reloj, tomando la salida de forma individual y tratando de completar el recorrido en el menor tiempo posible. Es por ello que las contrarrelojes también se llaman ‘cronos’. Y, cuando son mayormente cuesta arriba como ocurre en esta cita de Sierra Nevada, se denominan ‘cronoescaladas’.

Las cronoescaladas suelen terminar en lo más alto de una subida o ascensión. A la hora de denominarlas, los plumillas podemos incurrir en una imprecisión importante en el vocabulario ciclista según las llamemos ‘alto’ ó ‘puerto’. He aquí la distinción: el ‘puerto’ tiene necesariamente dos o más vertientes para escalar hasta su cima, mientras que el ‘alto’ puede tener una sola carretera. Esto es una pequeña perversión del sentido orográfico del término ‘puerto’, que es el paso entre dos valles que no necesariamente por el ‘pico’ o punto más alto de la montaña que los separa.

A las ascensiones, por cierto, se puede llegar por una carretera favorable o que, sin formar parte de la subida en sí, pique hacia arriba. En el primer caso, hablamos de ‘aproximación’; en el segundo, es más descriptivo explicar que nos encontramos en las ‘estribaciones’ de la subida.

¿Y qué ocurre en estas subidas? Los ‘gregarios’, que serían ‘de lujo’ si sus prestaciones fueran similares a las que pueden ofrecer sus ‘líderes’ o ‘jefes de filas’, marcarán el ritmo. Pueden hacerlo ‘a relevos’, si se turnan, o ‘tirando’, si lo hacen en solitario. Aquellos que flaqueen, ‘harán la goma’ a cola del grupo hasta ‘descolgarse’ y perder terreno. Aquellos que vayan sobrado, en un momento dado, ‘acelerarán’; si lo hacen de forma violenta, podemos hablar tanto de ‘ataque’ como de ‘demarraje’, siendo este último un galicismo que en francés significa literalmente “encender” o “arrancar”… y en el diccionario de la RAE sólo figura con acepción ciclista. El que trate de ‘anular’ o ‘secar’ estos demarrajes estará realizando un ‘contrataque’, escrito con una sola ‘a’ de acuerdo con la Fundeu… y, si directamente pasa a la ofensiva rebasando al atacante original, le estará ‘remachando’.

Desde la AGPD esperamos que estas poquitas curiosidades os sirvan como herramientas para contar este bello deporte a vuestros lectores, espectadores y escuchantes en los medios de comunicación… o a los cuñados y amigotes en almuerzos y tapeos, ya sea en bares o en chiringuitos, a lo largo de ese verano que no necesariamente acabará en París, toda vez que la Vuelta a España concluirá el 15 de septiembre en Madrid y los Campeonatos del Mundo se disputa en Ruanda, dos semanas más tarde.