Por Antonio Rodríguez, presidente de la AEPD Granada.
El periodismo en general y el deportivo en particular han sido sacudidos violentamente por la crisis económica, que nos está engullendo de forma insaciable. En pleno siglo XXI hay más necesidad de información que nunca, y más medios al alcance del ciudadano para estar informado. La información deportiva ha ido creciendo paulatinamente en los últimos años. Las cadenas de televisión han multiplicado el tiempo dedicado a la información de deportes, al tiempo que la transmisión de muchos eventos deportivos cuenta con unas cuotas de audiencia impresionantes. Que decir de la prensa escrita, si entre los periódicos más leídos y vendidos del país nos encontramos con dos diarios deportivos. Las radios, pese a las zancadillas recibidas, siguen contando con audiencias masivas en sus franjas deportivas. Si vemos la tele, leemos los periódicos y escuchamos las radios, contribuimos a que la publicidad llegue en buenos porcentajes a las empresas de los medios de comunicación. Aunque los ingresos publicitarios han bajado, está claro que la información deportiva ha sido y sigue siendo un negocio rentable. Entonces por qué los medios en general cada vez cuentan con menos periodistas en sus nóminas, y por qué cada vez están peor pagados. Sencillamente porque la avaricia no tiene límites. Empresarios y ejecutivos con traje y corbata, cochazo en la puerta, visa oro para todo, tienen que mantener su ritmo de vida, y como ocurre en muchas empresas españolas, lo hacen a costa del trabajador. Además las empresas han encontrado al aliado que esperaban, al gobierno conservador, que ha puesto en bandeja de oro la cabeza de los trabajadores, con su devastadora Reforma Laboral. Después de destrozar vidas y familias, ahora intentan colgarse la medalla de salvadores de la economía, la misma que ellos han destruido. Dicen que todo se está arreglando, que se empieza a generar empleo. Y una leche… El empleo que se está creando es ficticio: contratos basura con sueldos de vertedero. Eso si, en la cubierta de un barco, rodeados de putas, pueden seguir despidiendo a trabajadores, robándoles sus derechos y su dinero. Los ciudadanos quieren información deportiva, que es un buen negocio, siempre y cuando no haya más jefes que indios, y estén fuera de juego empresarios sin escrúpulos que se han hecho fuertes con la maldita Reforma Laboral.